Desde que se decretó el estado de alarma en marzo PRODIS inició una serie de cambios muy importantes para adaptar a la nueva realidad su filosofía y misión: trabajar con y para las personas que atienden. Han sido dos meses cargados de incertidumbre y emociones intensas, donde todos los sectores de la sociedad hemos remado conjuntamente hacia una sola dirección
En el caso de PRODIS el esfuerzo ha sido mayor ya que su escenario es más complicado que el habitual. Ante la imposibilidad de abrir los talleres ocupacionales reforzaron la atención de sus profesionales en las casas y residencias para mantener el bienestar emocional y físico de sus usuarios. Era muy importante mantenerlos activos a ellos y a los que se confinaron con sus familias.
Y ahora toca prevenir y adoptar una serie de medidas de seguridad que ninguna entidad benéfica tenía presupuestada para este año, pero la nueva normativa exige y mucho. Los lazos estrechados entre PRODIS y la Fundación Manuel Lao y la comunicación mantenida durante este tiempo promueve la confianza entre las dos entidades que han trabajado conjuntamente en más de una ocasión. De este modo, fue fácil cubrir la necesidad de material de protección sanitario que requerían nuestros queridos amigos.